El País.- El documento, del que un borrador fue aprobado en la
Comisión Permanente de este órgano, ha suscitado una queja formal de
los representantes sindicales del CES, que enviaron el pasado martes
una carta a su presidente, Francisco Cabrillo, en la que exigen su
retirada y una explicación pública. Hasta la fecha no han recibido
contestación de Cabrillo. Este periódico trató ayer sin éxito de
conocer la versión oficial del CES.
Pese a que el CES asegura en una pequeña nota al margen que no se
hace responsable de las opiniones en la publicación, la autora
agradece a Cabrillo "los comentarios y la revisión de este
documento"."Este documento es indignante para las víctimas de
violencia", afirmó ayer Elvira Llopis, una de las representantes de
CC OO en el CES, que recuerda que el grupo sindical se opuso a que
este texto estuviera considerado "documento de trabajo". Explica que
normalmente se califica así en el seno del órgano consultivo a
informes "que emanan de un grupo o que suponen la base de un
trabajo". Pero, en este caso, se trata de un documento firmado por
una única persona, Virginia Torrejón, cuya experiencia e idoneidad
cuestiona Llopis.
"Ni es experta, ni tiene obra publicada, aunque no nos consta que
la hayan pagado. Pero cualquier recién licenciado querría publicar
en el CES", agrega. Al teclear el nombre de la autora en el buscador
Google de Internet no aparecen enlaces.
En las conclusiones del informe figuran estas afirmaciones:
- "Privilegios de víctimas de la violencia doméstica". La autora
del texto denomina "privilegios" a las ayudas públicas. "En el caso
de la Comunidad de Madrid, lo que se perciben son 300 euros en un
único pago para las situaciones de emergencia", explica Llopis, que
aclara que se considera como tal el caso en el que el riesgo de
muerte haga salir casi de estampida de su domicilio a la mujer. Por
tanto, rebate que haya que esperar hasta que se produce una
sentencia, que sólo llega en algunos casos y tras un largo
proceso.
- "Las víctimas fingen para beneficiarse de una ayuda". Torrejón
sugiere que con las ayudas públicas se motiva a las maltratadas para
que "prefieran ser víctimas" en lugar de esforzarse por conseguir un
mejor empleo, salario o condiciones laborales. Llega a decir que se
generan "incentivos perversos: que las víctimas finjan serlo para
beneficiarse de una ayuda económica, por ejemplo". Las ayudas a las
maltratadas son escasas: 2.465 mujeres han recibido ayudas para
cambiar de domicilio y 167 se beneficiaron de ellas por riesgo de
exclusión social desde que está en vigor la ley. La renta activa de
inserción la percibieron 10.657 mujeres en 2006.
- "Consideración subjetiva". En el documento se plantea que la
amenaza es una "consideración subjetiva". Llopis pregunta: "¿Se
atrevería a decir eso de las víctimas del terrorismo de ETA?". El
informe también plantea que dictar órdenes de alejamiento "en forma
desmesurada genera problemas de control" y alerta del "coste social"
que implica poner en marcha la "burocracia judicial y a la policía".
En enero, estaban en vigor en toda España 78.550 órdenes de
protección, según el Ministerio de Trabajo. En la región, el año
pasado se duplicaron las muertes por violencia machista.
"Derecha radical"
El Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid es un
órgano consultivo, no vincultante, que analiza proyectos de ley y
planes del Ejecutivo autonómico. Lo integran 27 miembros, divididos
en tres grupos, en los que están representados los sindicatos UGT y
CC OO, la patronal y un grupo de expertos elegidos por el Gobierno
de Esperanza Aguirre (PP).
Entre los últimos se encuentra el catedrático Amando de Miguel,
que en enero de 2006 afirmó, en un artículo de Cuadernos de
Pensamiento Político, editado por la FAES, fundación que preside el
ex presidente del Gobierno central José María Aznar, que "se puede
sospechar el aumento de los casos de violencia doméstica contra las
mujeres" en los próximos años debido a "la población foránea" y "las
parejas de hecho". Tiempo atrás había protagonizado otro incidente,
al dirigirse en tono despectivo a la directora general de la Mujer,
Patricia Flores, para preguntarle si tenía clítoris. Los sindicatos
y la oposición (PSOE e IU) han pedido reiteradamente su
destitución.
Pero la queja habitual de los sindicatos es que no están en un
plano de igualdad en el seno del CES, ya que las decisiones se toman
por "mayoría aplastante" del grupo de expertos y de los empresarios,
que representan al "sector más radical de la
derecha".
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